Un nuevo estudio mundial revela el elevado costo de la degradación de la tierra y la sequía
Bonn, 09/04/2013 La comunidad mundial pierde hasta un 5 por ciento de su producto interno bruto (PIB) agrario debido a la degradación de la tierra, según un estudio científico publicado hoy.
El estudio, titulado “The Economics of Desertification, Land Degradation and Drought: Methodologies and Analysis for Decision-Making” (La economía de la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía: metodologías y análisis para la toma de decisiones), fue presentado durante la segunda Conferencia Científica de la CLD, que dio comienzo hoy en Bonn, Alemania.
Tarja Halonen, expresidenta de Finlandia, Luc Gnacadja, Secretario Ejecutivo de la CLD, y Walter Ammann, Presidente Global Risk Forum (GRF) Davos, pronunciaron unas palabras en la reunión inaugural.
Más de 600 científicos y representantes de gobiernos y organizaciones internacionales y de la sociedad civil asistirán a la Conferencia, organizada por un consorcio encabezado por GRF Davos, en torno al tema ‘Evaluación económica de la desertificación, de la gestión sostenible de la tierra y de la resiliencia de las áreas áridas, semiáridas y subhúmedas secas’.
“La erradicación de la pobreza seguirá siendo el principal objetivo de la comunidad internacional. Los tres pilares que constituyen el crecimiento respetuoso con el medio ambiente, la justicia social y los límites del medio ambiente mundial deberán orientar la labor sobre los objetivos de desarrollo sostenible durante el periodo posterior a 2015”, afirmó Tarja Halonen, expresidenta de Finlandia y presidenta del Grupo de alto nivel sobre la sostenibilidad mundial.
“La gestión sostenible de la tierra, la prevención de la degradación de la tierra y la rehabilitación de las tierras es la manera más eficaz y beneficiosa en términos de costo para erradicar la pobreza rural. La tierra proveerá alimentos, trabajo digno e ingresos para la población rural. La gestión sostenible de la tierra está también estrechamente vinculada a la disponibilidad de energía y de fuentes de agua”, señaló.
Añadió que la información expuesta a la Segunda Conferencia Científica de la CLD indica que la integración de la gestión sostenible de la tierra como elemento central de las políticas de desarrollo y cooperación internacional será una medida económica inteligente, y contribuirá a mejorar la vida en las áreas rurales y a atenuar a los problemas medioambientales.
“Este estudio es la primera valoración económica del costo de la desertificación y la sequía en más de 20 años. Evidencia que la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía son limitaciones decisivas que dificultan la creación de la resiliencia social y medioambiental, la consecución de la seguridad alimentaria mundial y una reducción significativa de la pobreza. De no actuar, esos problemas seguirán siendo el talón de Aquiles del desarrollo”, declaró Luc Gnacadja durante la reunión de apertura.
“El estudio indica también que hay importantes oportunidades para actuar pero que, a menos que mejore el conocimiento científico de la degradación de la tierra y la sequía, especialmente en el contexto de un clima cambiante, la comunidad mundial no está enteramente en condiciones de afrontar los efectos del cambio. Seguir como hasta ahora no es ya una opción”, agregó.
“El suelo fértil es nuestro recurso no renovable más valioso. Sienta las bases de la vida, y alimenta a los miles de millones de habitantes de nuestro planeta. No obstante, todos los años se pierde una superficie equivalente a tres veces la extensión de Suiza debido a la desertificación y a la sequía. Estamos cortando la rama sobre la que estamos sentados. Debemos pasar cuanto antes de las ideas a la acción. Esta Conferencia es un paso importante”, indicó Walter Ammann, Presidente de GRF Davos.
El estudio indica que entre un 4 y un 12% del PIB agrario de África se pierde a causa de la degradación del medio ambiente. El coste económico directo de la degradación de la tierra varía ampliamente según los países, llegando a cifras tales como un 6,6% en Paraguay, un 9% en Burkina Faso o un 24% en Guatemala del PIB agrario.
Los costos sociales son también demoledores. Cerca de 870 millones de personas en todo el mundo padecen hambre crónica. En Uzbekistán, el rendimiento de las cosechas ha disminuido entre un 20 y un 30% debido a la degradación de la tierra. En África oriental, cerca de 3,7 millones de personas necesitan asistencia alimentaria debido a la sequía de 2011, según el estudio.
El estudio, que examina los costos y beneficios de afrontar la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía, concluye que las investigaciones científicas actuales están centradas principalmente en el costo económico directo de esos fenómenos, aunque pasan por alto las consecuencias no previstas, y entre ellas los costos indirectos y externos.
La última valoración económica de la desertificación fue efectuada en 1992 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. En aquel momento, el costo directo se estimó en 42.000 millones de dólares anuales.
Los resultados de la Conferencia Científica, que finaliza el viernes 12 de abril, serán transmitidos por el Comité de Ciencia y Tecnología de la CLD a la Conferencia de las Partes de la Convención, que se reunirá durante el segundo semestre del año.
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