Nuestra investigación muestra que el 70 por ciento de los afroamericanos y el 62 por ciento de los niños hispanos no saben nadar. Una gran parte de este problema es que muchas escuelas y comunidades, especialmente en las zonas urbanas y rurales, no cuentan con instalaciones acuáticas donde los niños pueden aprender a nadar.
El ahogamiento es tan rápido y silencioso que incluso una distracción momentánea puede llevar a una tragedia.